La Achicoria o Chicoria es una planta perenne que pertenece a la familia de las compuestas.
Suele ser bastante ramificada, alcanza portes de más de un metro de altura, segrega una especie de leche o látex de color blanquecino al cortar sus tallos y posee una larga y gruesa raíz que termina en punta.
Sus hojas son basales, muy largas, algo dentadas y con grandes lóbulos o entrantes, a veces pueden aparecer hojas en el tallo, pero son pequeñas y abrazadoras. Las flores, hermafroditas, se agrupan en capítulos terminales o axilares, formadas por lígulas habitualmente de un color azul muy característico, aunque en ocasiones podemos verlas de color rosado o blanco, las cuales, poseen unos dientecillos característicos en su extremo, son de tamaño generoso y se abren y se cierran según incida o no el sol sobre ellas.
Florece entre los meses de mayo y septiembre, creciendo en bordes de caminos, perdidos e incluso en el interior de los pueblos. Es además una planta muy común y abundante en toda la provincia de Segovia.
Sobre los usos de la achicoria habría mucho para escribir, el más conocido sea probablemente su uso como sucedáneo del café, para lo cual, se usan sus raíces secas, troceadas y tostadas, evitando así el poder estimulante que poseen otras bebidas como el café o el té.
No puedo pasar por alto que la localidad segoviana de Cuéllar (a escasos 20 kilómetros de donde escribo), lugar conocido principalmente por su castillo, su mudéjar y sus encierros, es uno de los lugares con mayor tradición achicorera de toda la península, tanto en producción como en consumo, existiendo todavía una pequeña fábrica que esparce un agradable y tostado aroma por todo el municipio en las mañanas de otoño e invierno.
Es curioso, pero suele ser muy raro y complicado encontrar este preparado una vez que sales del Norte de la provincia de Segovia y Sur de la de Valladolid, aunque he leído que en Álava también se produce.
La achicoria es amarga por naturaleza, pero contiene muchas vitaminas, por lo que sus hojas tiernas se consumen a veces en ensalada, como estimulador del apetito. En total oscuridad, la achicoria, desarrolla unas hojas o cogollos conocidos como endivias o escarolas, en función de la variedad, también muy amargas y también cultivadas con frecuencia en la provincia de Segovia.
La fotografía esta realizada a finales de junio dentro de mi pueblo, Navalmanzano.
Clase - Magnoliopsida; Orden - Asterales; Familia - Compositae
Género - Cichorium; Especie - Cichorium intybus
100mm; f6,3; 1/200; 100ISO; Flash